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¿Cómo tramito un divorcio con hijos?

Un divorcio con hijos es más complejo que una ruptura sin menores implicados. Tanto desde una perspectiva jurídica como psicológica. Por eso, en estos casos es particularmente importante contar con el apoyo de abogados de familia que no solo sean especialistas en Derecho Civil, sino también profesionales empáticos y con experiencia en la materia.

De base, esta clase de procesos tienden a ser más complejos, largos y caros, especialmente si no hay acuerdo entre las partes. Tengamos en cuenta que podría ser necesario solicitar unas medidas provisionales hasta que se resuelva el juicio, lo que virtualmente supondrá la celebración de dos procesos paralelos.

Por otro lado, las medidas derivadas de un divorcio con hijos tendrán una mayor trascendencia y duración en el tiempo. De modo que es más fácil que surjan problemas en el futuro.

Por todo ello, lo más recomendable es que esta clase de procesos se aborden desde la voluntad de cooperación. Que se ponga por delante el bienestar de los menores y que se intente llegar a acuerdos saludables, pacíficos y duraderos.

En este artículo vamos a analizar cómo es el proceso de divorcio cuando hay menores involucrados. Aprovecharemos para dar algunos consejos para evitar problemáticas frecuentes. Recuerda que puedes contactar con nosotras si necesitas más información o quieres que te ayudemos a tramitar tu divorcio con hijos.

Las claves del divorcio con hijos

Desde una perspectiva estrictamente jurídica, cuando hay menores involucrados en una ruptura debemos tener en cuenta que:

  1. En caso de recurrir al proceso de mutuo acuerdo no podremos tramitarlo ante notario. Tendremos que acudir a los Tribunales, pues será necesario que el Ministerio Fiscal intervenga para asegurarse de que se está respetando el interés superior del menor.
  2. Este principio del interés superior del menor será el que guiará tanto el proceso como las medidas a adoptar. Estamos, por tanto, ante un proceso garantista que debe asegurar que el perjuicio para los menores sea el mínimo posible y que las medidas aprobadas garanticen una crianza y educación provechosa y saludable.
  3. En consecuencia, los menores no deben ser utilizados como arma arrojadiza entre los cónyuges. Esta conducta, frecuente en los divorcios más complicados, perjudica la estabilidad emocional, psíquica e incluso física de los pequeños. Por eso los agentes jurídicos involucrados pondrán especial cuidado a la hora de evitar conductas vindicativas o egoístas.

Al margen de estas cuestiones debemos incidir en una recomendación: evitar los Tribunales. Como ya hemos dicho, las medidas del divorcio con hijos deberán supervisarse por el Ministerio Fiscal. Pese a ello, lo mejor sería que exista un acuerdo previo sobre estas medidas y los conflictos se aborden de forma pacífica y calmada.

La intervención de un órgano jurisdiccional solo contribuirá a tensar las relaciones. Además, es posible que termine por no satisfacer a ninguna de las partes.

¿Cuáles son los trámites para divorciarme con hijos?

A grandes rasgos, los trámites para un divorcio con hijos son los mismos que si no hay hijos. Así, los cónyuges tendrán dos vías disponibles:

  • El mutuo acuerdo. Es decir, determinar en un convenio regulador las consecuencias de la ruptura. Conduce a resultados más pacíficos y duraderos, además de otorgar más control a las partes sobre el resultado del proceso.
  • La vía contenciosa. Consiste en interponer una demanda cuando no es posible llegar a un acuerdo. La contraparte se opondrá y, expuestas las peticiones de ambos, será el órgano judicial quien determinará los efectos del divorcio.

Las únicas diferencias con otros procesos de divorcio, por tanto, serán:

  • En caso de llegar a un acuerdo no bastará con acudir al Notario, sino que deberá intervenir el Ministerio Fiscal.
  • Y en caso de no llegar a un acuerdo lo más común será que se soliciten medidas provisionales, que son las aplicables hasta que recaiga sentencia de divorcio definitiva. Esto implica un proceso judicial mucho más largo y costoso.

¿Cómo debo regular el régimen de custodia?

Las medidas más relevantes a acordar en el momento de divorciarse si se tienen hijos en común son las relativas a la guarda y custodia. Los progenitores deberán estudiar si lo mejor para los pequeños es un régimen de custodia compartida o una custodia monoparental complementada con un régimen de visitas y comunicaciones.

Existen otras modalidades de guarda y custodia, pero son menos frecuentes. También es posible solicitar que se retire la patria potestad a la contraparte pero, de nuevo, se trata de una medida extraordinaria reservada para los casos más graves.

Es fácil que el órgano jurisdiccional apruebe el régimen elegido por los progenitores si hay acuerdo. En cualquier caso, se tendrán en cuenta cuestiones como la edad de los hijos, su relación con los progenitores y de estos entre sí, la distancia entre los domicilios de unos y otros, la existencia de una red social y familiar…

Como hemos explicado antes, la clave del proceso radica en defender el interés superior del menor. Por tanto, las soluciones aplicables a un caso pueden no ser las mejores para otros casos similares.

¿Cómo se resuelven las cuestiones económicas?

Además de la convivencia, el convenio regulador o la sentencia de divorcio tiene que determinar los efectos económicos de la ruptura. En concreto:

  • Distribución de las cargas del matrimonio. Por ejemplo, hipotecas o compras aplazadas.
  • Pensión alimenticia. Es la que se abona (generalmente por el progenitor no custodio) para contribuir a la crianza de los hijos.
  • Gastos extraordinarios. Son conceptos devengados por la vida cotidiana de los hijos, pero que por resultar imprevisibles y puntuales no se incluyen en la pensión alimenticia.
  • Pensión compensatoria o indemnización compensatoria. Son prestaciones que compensan el perjuicio económico sufrido por el cónyuge desfavorecido por la ruptura o que aportó su esfuerzo al sostenimiento del hogar.
  • Atribución de uso de la vivienda o el ajuar familiar. Permite atribuir el uso (que no la titularidad) de bienes familiares a los hijos o uno de los cónyuges para garantizar un adecuado nivel de vida.

Estas cuestiones tienden a ser conflictivas, por lo que conviene que se pacten teniendo en cuenta que su vigencia en el tiempo será dilatada. De nuevo, la clave está en garantizar el interés superior del menor.

Además, cabe recordar que si las circunstancias de los progenitores cambian sustancialmente se podrán adaptar estas medidas económicas, cuestión que puede preverse en el convenio regulador o solicitarse posteriormente mediante la correspondiente demanda.

En resumen, la clave en los divorcios con hijos es garantizar que sus necesidades están adecuadamente cubiertas y proponer medidas alineadas con sus intereses. Para ello conviene tratar de llegar a un acuerdo, cuestión en la que las abogadas de familia podemos ayudar.

Contacta con nosotras si necesitas asistencia en tu divorcio con hijos. En Habet Abogados somos especialistas en Derecho de Familia.

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